viernes, 2 de agosto de 2013

TR, el superhéroe gay, en "El Ascenso de los Conjurados" 24

— Debe ser jodido conservar los libros con toda esta humedad. — Había opinado TR.

El Archivista se echó a reír ante la frase.

— Me encanta que sigas siendo tan impertinente como acostumbras. — Dijo. — Sin duda, eres el héroe que más me divierte. Aunque tu amiga Bolea no se queda a la zaga. Su tendencia al caos en deliciosa y su gusto por la destrucción rivalizaría con la mismísima Reeva.

— Entonces, la leyenda urbana es cierta. Existe alguien que observa a los enmascarados de la ciudad. — Apuntó TR a pesar de que, en realidad, el asunto le era más bien indiferente. La conversación sólo era una forma de distraer a su interlocutor hasta que pudiera determinar si era amigo o se trataba de un nuevo esbirro de la Reina del Fuego. Como comienzo, TR decidió no confiar demasiado en él. No creía en las casualidades y lo que estaba sucediendo se parecía mucho a una. Después de todo, las probabilidades de encontrarse con un ser casi mitológico en una habitación que no existía cuando trataba de escapar de los demonios de Reeva, eran bastante pequeñas.

— Yo lo veo todo. Nada se me escapa. Sé lo que piensa la mujer que, preocupada por sus hijos, trabaja en semi-esclavitud en Bangladesh. Conozco los chanchullos corruptos de cada funcionario y político del mundo, incluidos los de tu odiado alcalde. Estoy al corriente de la tensión de los soldados que batallan en guerras secretas para el gran público. Y, hace tiempo, sentí el sufrimiento que sentiste por tu novio cuando fue secuestrado.

— ¿Y escribes todo lo que ocurre a cada una de las personas del planeta? — Preguntó TR. Seguía intentando evaluar las intenciones del Archivista, pero tenía que admitir que había conseguido atraer su atención. — Te debe dejar muy poco tiempo libre.

— No, yo soy un historiador, no un productor de un programa de telerrealidad. — Respondió el hombre. — A mí me interesan los grandes logros, las conquistas, las gestas, los inventos, las terribles tragedia y las aventuras heroicas. El resto, me da igual ¿sabes cuántas horas pasa en el baño un ser humano medio durante su vida? Demasiadas.

— ¿Y qué te parecen los Conjurados?

— Ah, son unos chicos interesantes, especialmente el alto. Estoy empezando un pequeño documento sobre ellos. — Contestó el Archivista mientras un pequeño libro con las tapas rojas se materializaba en sus manos. Acto seguido, lo abrió y empezó a leerlo. — “Los hermanos discutían sobre cuál sería la mejor forma de deshacerse de su recién creado antagonista. El frío Omega era partidario de eliminar a TR de forma permanentes, mientras que el paciente Alpha era más partidario de ganarle para su causa. Lo que ninguno de los tres sabía… “. Eso es lo último que he escrito. — Dijo muy sonriente. — Parece que Omega, al que tu llamas Enanito Idiota, te odia tanto como tú a él. Es curioso…

— Me sentiría muy feliz si me dejaras echar un vistazo rápido. — Sugirió TR con una sonrisa. — Sobre todo a eso que ninguno sabíamos.

— Temo que no va a ser posible.

El pequeño libro se alejó flotando y TR salió corriendo tras él. Sin embargo, el Archivista no parecía dispuesto a ponérselo tan fácil y las decenas de miles de volúmenes que había en las estanterías también emprendieron el vuelo para impedírselo. Aunque estos, además de flotar, también atacaban.


No hay comentarios:

Publicar un comentario