Ya había transcurrido más de un año desde que me ocurriera aquello. Doce extraños meses desde que la preciosa joven con la que había compartido una de las noches sexualmente más salvajes y desenfrenadas de mi vida (y el listón se encontraba muy alto) transformó su terso y bien moldeado cuerpo en un amasijo gigante de arrugas deformes y verrugas descomunales. A punto estuve de vomitar la cena, la comida y el desayuno de las tres últimas semanas, pero logré mantener el bolo alimentario dentro del tracto digestivo. Lo que sí hice fue taparme con la sábana. Me sentía incómodo desnudo frente a esa cosa y su boca llena de ristras de afiladísimos dientes.
—Creo en tu amor, Blaine Nicholas —dijo con una voz que parecía el hijo bastardo entre un chirrido de pizarra, el bramido de apareamiento de una foca monje y el rugido de un huracán embravecido—. Por eso, te concederé un regalo.
—Qué guay —respondí desde la cama sin mucha ilusión. En lo único que podía pensar era que esa enorme boca repleta de punzantes colmillos, había estado en zonas corporales bastante delicadas.
—Sí, abriré tus sentidos místicos para que alcances tu máximo potencial. Así podremos continuar nuestra relación como casi iguales… para siempre.
—Bueno… —empecé a decir. La parte del “para siempre” no me había parecido nada atractiva. Ni por todos los regalos místicos del mundo aceptaría adentrarme en la monogamia, menos aún con un bicho como el que tenía enfrente. Pero nada pude alegar porque mi monstruosa amante ya había comenzado su ritual.
Extraños versos en una extraña lengua surgieron de su boca y una (también extraña) luz verdosa salió de sus manos, envolviendo mi cuerpo y haciéndome sentir terriblemente cansado. La liturgia tardó menos de cinco minutos, pero a mí se me hizo eterna. Estaba sin fuerzas, como si me las hubieran arrebatado.
—He terminado, Blaine Nicholas —anunció el engendro—. Mañana serás un ser superior y podrás unirte a mi lado con el título de mi consorte.
—Mierda —pensé. Me hubiera gustado poder decirlo en voz alta, pero la absoluta extenuación en la que me había sumido el ritual me impedía, incluso, mover los labios.
Ahí podía haber finalizado mi maravillosa vida de promiscuidad, pero en ese momento la puerta se abrió y por ella apareció John Lomas, famoso surfista y uno de mis amantes ocasionales.
—Blaine Nicholas —empezó a decir el chico mientras se despojaba de los pantalones—, espero que hayas descansado porque voy a…
Entonces vio al engendro, gritó y salió corriendo como si le persiguiera el mismo diablo. Pero el diablo (el engendro en este caso) no tenía tiempo de ir tras él. Estaba muy ocupada rugiendo y destrozando los muebles de la habitación.
—No puedo deshacer lo que he hecho y tampoco puedo matarte —me anunció con su tenebrosa voz. Se notaba que estaba algo dolida—. Pero me aseguraré que tu nueva condición se convierte en una auténtica maldición. En vista de que tú eres el único que te importa, a partir de mañana tendrás que ayudar a cualquier persona que te necesite. Uno por cada corazón que hayas destrozado en tu vida.
Y de esa manera, yo, Blaine Nicholas, me convertí en un brujo que, como en una mala teleserie americana, está obligado a ir ayudando por el mundo a aquellos que tienen problemas sobrenaturales. Qué original que soy.
Hola, Hache. La historia comienza muy bien, a ver si esta vez puedo seguirla capítulo a capítulo ya que he llegado tan a tiempo. La fantasía me gusta bastante y si está mezclada con humor, al más puro estilo Terry Pratchet, mucho mejor.
ResponderEliminarMe encanta Terry Pratchett. No sé la historia va a quedarme igual de loca que las suyas del Mundodisco, pero intentaré que quede divertida. Muchas gracias por el comentario y espero que te guste.
Eliminarjajajja que castigo mas bien merecido por ser tan narcisista me a gustado tiene buen principio a ver como sigue hasta pronto!!!
ResponderEliminarSí que es un buen castigo.Muchas gracias por el comentario y espero que te guste cómo continua. El viernes saldrá la segunda parte.
EliminarNo se de dónde sacas tantas ideas para tus historias, no solo eres capaz de actualizar siempre con una idea nueva y divertida sino que además,introduces historias nuevas. Me he quedado totalmente boquiabierta.
ResponderEliminarMe gusta mucho como ha empezado esta historia y me ha servido, gracias al comentario de Minu,para conocer otro autor que merece la pena leer .
Muchas gracias por esta nueva historia
Me alegro que te haya gustado, a ver qué tal sigue que los principios siempre son más fáciles que los desarrollos. Y sobre de dónde sale tanta historia... no sé. Me divierte escribir e inventarme cosas. Además, debo ser un poco masoca. Hay días que no me da el cerebro con tanto argumento desperdigado jejeje.
EliminarSi quieres leer a Terry Pratchett te recomiendo la trilogía de "El éxodo de los Gnomos" que es bastante ligera o la primera novela del Mundodisco que se llama "El color de la magia". Así ves si te gusta o te parece demasiado alocado.
Como siempre muchísimas gracias por el comentario. No merezco tantos elogios.