Nada mejor que historias autoconclusivas para diversificar un poco el blog. Son cortas, variadas y no hay que seguirlas semana tras semana. El cuento elegido para comenzar es uno que escribí hace tiempo y que es un homenaje a los relatos de Edgar Allan Poe y a un par de historias clásicas. A lo mejor es un poco largo para ponerlo en un blog, pero no hay manera de recortarlo. Espero que os guste este y los que vengan en el futuro.
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