jueves, 5 de enero de 2012

Diario de un treintañero... y gay... y ciego 38

Había pasado de Luna, Ichi estaba enfadado conmigo, Sergio acababa de salir y a Miguel no podía llamarle por mucho que mis amigos se empeñaran en ello. No me quedaban muchas más opciones que llamar a Marc si quería algo de entretenimiento sociabilizante. Con un poco de suerte podría dar por zanjadas, de una vez por todas, mis dudas sobre su supuesta relación con Ichi.

—Hola —saludé—. Soy Santi.

—Hombre, hola Santi. Qué sorpresa es oírte —respondió Marc, aunque más que sorpresa lo que noté en su voz fue cierto desconcierto. Como si le hubiera pillado ocupado con otras cosas. Incluso, podría asegurar que escuché un cuchicheo de fondo. Claro que, siendo yo, también era posible que me estuviera volviendo paranoico—. Dime en qué puedo ayudarte.

—Solo llamaba para saber si te gustaría que quedáramos más tarde para hacer algo. Ir a cenar, dar una vuelta, salir a tomar una copa, … me da lo mismo.

—Vaya, no te tuvo que ir muy bien anoche si tienes que quedar conmigo.

—Anoche fue estupendamente bien, muchas gracias —respondí enojado. Luego continué con la explicación, aunque fue perdiendo fuerza a cada palabra—. Lo que pasa es que hoy… bueno, pues que hemos pensado en no quedar. Tampoco hace falta agobiarse tan pronto en una relación… o un posible proyecto de relación mejor dicho…

—Si aún no te ha llamado, deberías hacerlo tú —dijo Marc riéndose—. Es sencillo.

—Yo no llamo al día siguiente.

—Pues mándale un mensaje. Lo peor que puede pasar es que no quiera saber nada de ti, pero al menos te habrás quitado la incertidumbre.

—No tengo ningún tipo de incertidumbre —contesté. Empezaba a enfadarme la insistencia de mis amigos con ese tema—. ¿Vamos a hacer algo o no?

—Lo siento, he quedado.

—¿Con Ichi? —pregunté.

—Sea o no sea él, no te lo voy a decir.

—Antes no tenías ningún problema para contarme hasta el más mínimo detalle de tus amantes —me quejé—. No será Sergio ¿no? Porque acaba de salir de casa y como te líes con él…

—Por segunda vez, señor paranoico, no me he liado con Sergio —dijo—. Y si no te cuento cosas de la persona con la que voy a quedar es porque no me apetece.

—Vale, vale. No es necesario ponerse así.

—Descansa. Ya te contaré detalles en su debido momento.

—Eso espero.

Por supuesto, no me creí ni una palabra. Debía tener una razón de peso para no contarme con quién se estaba liando. Que fuera Ichi era la más obvia y la que más me gustaba, pero estaba abierto a nuevas e imaginativas posibilidades. Sobre todo, teniendo en cuenta, que tenía la tarde-noche del sábado libre para elucubrar a gusto.

2 comentarios:

  1. Vaya tela... son celos eso? xD Ya podría centrarse en Miguel y dejar lo demás que corra a su aire...

    ResponderEliminar
  2. Es un chico complicado jejejeje Gracias por el comentario.

    ResponderEliminar